Se mata un cabrito introduciéndole el cuchillo al borde del cuello, con el fin de no cortar el tragadero y de esta manera evitar el almizcle en la carne.
La sangre se recoge en una vasija para preparar la pepitoria.
El animal debe dejarse desangrar totalmente. Posteriormente se pica el cuero, se abre por la panza para sacarle el menudo y por ultimo se despresa.
Las presas se ponen a cocinar por tres horas y media, con sal, ajo, cebolla y cilantro.
Ya cocinado, se deja enfriar y se adoba con comino, ajo machacado, color y media libra de manteca de cerdo.
Una vez condimentadas las presas, se llevan al horno a una temperatura de 350 grados hasta que doren y sin dejarlas secar.
También se puede comer sudado, para lo cual hay que condimentarlo al cocinarlo y servirlo con una buena salsa.