La noche anterior ponemos los garbanzos en remojo con agua mineral y un poco de sal. No hay que poner mucha agua porque al día siguiente coceremos los garbanzos en esa misma agua.
Al día siguiente ponemos los garbanzos con el agua del remojo la cabeza de ajos, el laurel y un chorrito de aceite, en la olla. Los dejamos cocer unos 20 minutos en la olla a presión.
Mientras tanto, con las dos cebollas picadas muy finamente hacemos un sofrito a fuego lento, y cuando la cebolla esté transparente le añadimos los dos tomates bien picaditos también.
Incorporamos el pan rallado, el pimentón, las especias, y al final añadimos el chorizo y el jamón cortados en taquitos pequeños. Removemos un poco y apartamos del fuego.
Abrimos la olla a presión. Si los garbanzos tienen mucha agua, apartamos un poco y la reservamos por si hace falta añadirle después.
Vertemos el sofrito en la olla para que hierva un poco con los garbanzos ya sin tapar la olla, unos 10 minutos para que se integren los sabores, y cuando esté al gusto de espesor están listos.