Dos o tres días antes, hay que cocer la cebolla y la calabaza y ponerlas a escurrir en un saco de esparto, con un buen peso encima para que se vaya todo el agua.
Se preparan los “gordos” del cerdo, se pican en la máquina y se ponen en la artesa. Se pican la calabaza y la cebolla y se colocan en la artesa.
Mientras tanto, se cuecen las patatas y el arroz. Se añade pimentón y se amasa con los “gordos”. Se añaden, también, sal, ajos y perejil picados, pimienta, clavo y cominos molidos, orégano y hierbabuena.
Se añade el arroz cocido y la patata cocida y picada en la máquina y se amasa todo junto con la calabaza y la cebolla. Se añade la sangre del cerdo y se sigue amasando.
Se preparan las tripas: Se embudan con la máquina y se atan, bien apretadas y pinchadas para que no quede nada de aire dentro de ellas.
Se cuelgan cerca del fuego, sin que les de el calor o corrientes de aire. Se dejan secar durante 30 días en un lugar sin humedad ambiental, con el fuego encendido los primeros días.
Se recomienda comer la morcilla de calabaza asada a la brasa.