Añadimos una pizca de sal sobre las pechugas, no mucha, porque le vamos a poner jamón serrano. Colocamos el jamón serrano sobre un filete de pechuga de pollo, de manera que no sobresalga demasiado por los bordes, colocamos el queso que más nos guste encima del jamón y cubrimos con otro filete de pechuga de pollo por encima. Repetimos la operación hasta hacer la cantidad de pechugas deseadas.
A continuación procedemos a empanar las pechugas, para ello, las pasamos primero por harina, después por huevo batido y por último por panko.
Ahora procedemos a freír las pechugas, para ello ponemos una buena cantidad de aceite a calentar a fuego medio en una sartén, cuando el aceite a cogido temperatura añadimos las pechugas, cuando se han dorado por un lado le damos la vuelta. Cuando estén listas las ponemos sobre un papel absorbente para absorba el exceso de aceite.