En un bolw mezclamos la almendra, con el azúcar las dos cucharadas de agua y las claras. Podemos empezar por añadir una tercera parte de las claras, para terminar de echar el resto si es que la masa lo precisa.
Vamos mezclando todo el conjunto, hasta que todos los ingredientes queden perfectamente integrados.
Si la masa resultante queda muy dura, añadiremos más clara, y si por el contrario está blandita de más, añadimos algo más de azúcar.
Dejamos reposar en un recipiente tapado con film, al menos un par de horas antes de utilizarlo. Se conserva perfectamente en la nevera bien tapado.
Ya tenemos listo el mazapán. Ahora simplemente nos queda darle la forma deseada.
En éste caso, me aventuré con unos mazapanes rellenos de yema confitada y de cabello de ángel casero, aunque he de confesar que la crema de yema aunque comestible y sabrosa, no me quedó tan "espesa" como creo que tendría que haber quedado.
Para la yema confitada, hacemos un almíbar a punto de hebra con el azúcar y el agua.
Aparte batimos las yemas y le vamos añadiendo hilo a hilo el almíbar tibio. Pasamos la mezcla por un colador y ponemos a cocer al baño maría sin dejar de remover y teniendo cuidado que no hierva.
Cuando esté bien espesa dejamos que enfríe. Para formar los mazapanes, extendemos sobre una base espolvoreada con azúcar glas, cortamos rectángulos de unos 8-9 por 4 cm, cubrimos con el relleno elegido y cerramos el "paquetito" sellándolo con clara o un poquito de agua.
Pintamos por encima con huevo batido y le damos unos minutos de gratinado hasta que estén dorados.