Copié estos bollitos del blog de Sweet & Sour, maravilloso. Los nórdicos usan mucho las especias. Su forma de hacer repostería es diferente a la del resto de Europa. Añaden mantequilla desde un unicio a la masa. La mantequilla impide el desarrollo del gluten y si se quiere conseguir una masa esponjosa y suave se tiene que añadir una vez que la masa se ha desarrollado. Pero en el caso de estos bollitos no ocurre, están tiernos, esponjosos, suaves...
Se derrite en el microondas la leche y la mantequilla, no muy caliente ya que si usas levadura fresca se moriría en un líquido muy caliente. Si usas levadura seca como yo se puede añadir junto con la harina.
• En la cubeta de la panificadora se pone por este orden: la leche caliente con la mantequilla derretida, la harina, el azúcar, en una esquina la levadura y en otra la sal. Se conecta la panificadora en función 6, amasado y levado.
• Una vez que suena el pitido para añadir ingredientes, se añade el cardamomo molido.
• Mientras la panificadora hace su trabajo, vas preparando el relleno. Se mezclan todos los ingredientes hasta formar una pasta tipo pomada.
• Una vez que acaba el proceso de la panificadora se vuelca la masa sobre la encimera enharinada. En seguida notas que la masa está perfecta, suave y elástica.
• Con el rodillo se estira un cuadrado de 40x40 cm. Esta es la única foto que he hecho del proceso. Me olvidé de hacerlas. Menos mal que en el blog de Sweet & Sour hay fotos estupendas.
Con ayuda de una espátula (estrené la mía por fin... y genial porque es muy flexible y se extendía todo muy bien). Pues eso, con la ayuda de una espátula untamos 2/3 de la superficie de la masa y doblamos la masa en tres como una carta, como si se hiciera hojaldre. Se dobla el tercio que hemos dejado sin relleno sobre el centro y luego el lado que queda aún con relleno visible sobre éste último.
• Se deja reposar de esta forma la masa, cubierta con film de cocina durante 10 minutos. De este modo la masa se relaja y tu también tomando un refresco para sobrellevar este calorín.
• Pasado los 10 minutos, y por el lado más corto, cortamos tiras de aproximadamente 1,5 a 2 cm de ancho. Yo saqué como 21 tiras.
• Las retorcemos suavemente sobre sí mismas, sin aplastarlas, para que el bollito quedo esponjoso y las enrollamos en espiral como si fuese un caracol. Procurar enrollarlas más bien en vertical ya que la masa tiende a extenderse y si están enrolladas en vertical no te quedan como si fueran ensaimadas.
• Si van colocando sobre la bandeja de horno cubierta con papel de horno. Se dejan levar durante 50/60 minutos. Yo sólo lo dejé 45 minutos porque en mi casa hace mucho calor. De todas formas no suben mucho.
• El horno lo precalentaremos 1/2 hora antes a 250º para que esté muy caliente cuando metamos la bandeja. Se pincelan con huevo batido y se espolvorea con azúcar perlado y almendras fileteadas (opcional). Ahora sí hice foto:
Se mete la bandeja en la rejillas intermedia inferior del horno. Virginia de Sweet & Sour dice que hay que hornearlas unos 8 o 9 minutos en el tercio superior del horno pero a mi se me estaban haciendo demasiado y reduje tiempo a 7 minutos y una segunda tanda con 4 bollitos los baje a la rejilla intermedia inferior y también 7 minutos. Ahh, y a mitad de tiempo le dí la vuelta a la bandeja para que los bollos del fondo estuvieran en la parte más exterior del horno.
• Una vez fuera, se dejan enfriar sobre una rejilla. Templaditos están de morirse. Justo al terminar de hacerles la foto me chisqué uno y creí morir de gusto. Que ricos!!!!! Imagino estos bollos en invierno, con un té o café, mientras en la calle llueve...
Y en esta foto como si estuvieran listos para venderse en un coffee shop: