1) Montamos los huevos con el azúcar hasta que blanqueen, añadimos la harina y el cacao tamizados y lo mezclamos de arriba a abajo para que no bajen los huevos.
Lo vertemos sobre la bandeja cubierta de papel de horno y lo nivelamos.
Lo horneamos a 220º hasta que esté hecho.
Luego lo volcamos sobre un trapo cubierto de azúcar glas y lo enrollamos con mucho cuidado porque está muy tierno y se rompe con facilidad.
2) Montamos la nata y le vamos añadiendo el azúcar poco a poco.
3) Hacemos un almíbar con el azúcar cubierto con un poco de agua hasta que llegue a los 102º. Fundimos el chocolate.
Añadimos el almíbar al chocolate. Puede ser que se endurezca la mezcla y el chocolate quede como una pasta pero no os preocupeis luego al añadir la mantequilla un poco fundida se arregla y queda todo fluido.
Desenrollamos el bizcocho y lo cubrimos con la nata dejando un extremo sin nata porque al enrollarlo la nata de esparce y ya lo cubre.
Una vez enrollado lo enfriamos un poco en el congelador mismo y luego lo bañamos con el chocolate. Lo decoramos al gusto.