El pasado mes de noviembre, como ya os comenté, hice un curso para iniciarme en el mundo del fondant en el que hice una preciosa tarta de Papá Noel que podéis ver (pinchando aquí). Nunca había usado fondant para decorar galletas de mantequilla, pero como soy muy decidida y un poco culo inquieto, me adentré en esta divertida hazaña.
Batimos la mantequilla (recuerda que tiene que estar pomada, es decir blandita) e incorporar la mitad del azúcar glass.
Volvemos a batir y cuando esté incorporado, añadimos el huevo ya batido. A continuación incorporamos la otra mitad de la azúcar. Añadimos la vainilla. Batir, añadir en dos tandas la harina tamizada junto a la sal.
Una vez realizada la masa dejarla reposar unos cinco minutos. Hacer, con ayuda de un rodillo (a ser posible con aros laterales para mantener el mismo grosor), dos planchas rectangulares que meteremos en frigorífico al menos 2 horas.
La receta aconsejaba hacer la masa por la tarde –noche y hornear a la mañana y yo lo hice así. Al día siguiente con ayuda de un cortador damos la forma a nuestras galletas, las colocamos sobre pape de hornear con ayuda de una espátula para que nos deformen.
Horneamos en horno precalentado a 180ºC durante 12 minutos.
Consejos muy importantes : En la masa influye mucho la temperatura y la humedad. En verano incluso podemos incorporar más harina.
El tiempo de cocción de las galletas varía mucho según el horno pero el aspecto tiene que ser de color uniforme, blanquito sin bordes quemados que afean el trabajo.
Cuando se saquen del horno con mucho cuidado deberéis colocarlas para enfriarlas sobre una rejilla y no ponerse a decorarlas si no están totalmente frías. Debéis manipularlas con mucho cuidado pues al sacarlas sin estar tostadas son frágiles.
Una vez frías las decoré con fondant con unos cortadores de forma de bolso, vestido y cupcake.