Preparación de la masa: Batimos la mantequilla a temperatura ambiente junto con el azúcar hasta blanquear. Agregamos las yemas, la ralladura de limón y la esencia de vainilla. Mezclar bien e incorporar la harina tamizada junto con la sal, formar una masa tierna sin amasar. Cubrimos con papel film y llevamos a la nevera al menos por una hora. Pasado el tiempo de descanso en la nevera estiramos la masa con un espesor de 3 milímetros. Para la base de las galletas usaremos un cortante redondo de 4 o 5 centímetros, para la parte superior usaremos el mismo tamaño de cortante y uno de 2 o 3 centímetros para hacer la ventanita por la cual luego veremos la mermelada en la galleta terminada. Horneamos en placas engrasadas a 190º C por aproximadamente 8 minutos, o hasta que vemos los bordes de las galletas apenas coloreados. Una vez que las galletas salieron del horno las dejamos enfriar bien y a las bases las untamos con mermelada. Por otra parte espolvoreamos con la ayuda de un colador con azúcar glas las partes superiores de las galletas. Unimos las dos piezas de las galletas terminadas y a comer si parar! Tips Esta es una masa quebrada que se llama Sablée, y como siempre os digo "no hay que sobarla en exceso", ni echar kilos de harina cuando la estiramos para cortarla, porque ambas acciones darían como resultado una masa de menor calidad. Este tipo de masa se caracteriza por su friabilidad, se deshace en la boca, es sumamente fina y delicada. Es importantísimo respetar el tiempo de refrigerado si queremos obtener óptimos resultados (por ejemplo que mantengan una buena forma). Esta masa se puede congelar por 3 meses y mantenerse en la nevera hasta 10 días. Las galletas horneadas duran muchísimos días guardadas en un envase hermético, alejadas del calor o altas temperaturas. Una vez armadas las galletas la mermelada acorta considerablemente el tiempo de duración ya que le aporta mucha humedad. Dulcegimena