Se calienta la leche y se pone el coco rallado para que infusione. Se deja un ratito y se cuela bien exprimiendo bien la pulpa del coco para extraer su sabor, pero sin los tropiezos del coco. En un bol se montan los huevos con la mitad del azúcar, hasta que estén blanquecinos.
Se monta la nata con el resto del azúcar y la glucosa. Se pone uno a uno el yogur con cuidado no se baje la nata, se añade la esencia y la leche. Por último ponemos los huevos montados.
Si tenemos heladora, lo hacemos en ella, sino, no es necesario, la grasa de la nata y la que le aportan los huevos es suficiente para que no se formen muchos cristales de hielo. Lo llevamos al congelador como mínimo 8, 10 horas.
Mientras se congela, podemos hacer una imitación al coco. Ponemos un poquitín de aceite a una copa por dentro. Derretimos el chocolate negro y damos una capa a la copa, ponemos en el congelador un rato, damos otra capa de chocolate y así, una vez más. Hacemos dos iguales. Cuando ya esté endurecido el chocolate, se desmolda.
Se derrite el chocolate con leche, se pone en un cucurucho de papel vegetal y se forman unas rayas imitando los pelos del coco. La otra mitad la rellenamos de helado, imitando al coco.
Otra manera de presentar: ponemos el helado en el recipiente que deseemos y decoramos con virutas de coco. Hacemos bolas y la ponemos en la galleta de barquillo, decoramos con coco rallado y tostado.