Primero realicé el bizcocho genovés. En esta ocasión en un molde de 23 cm. y lo dividí en dos capas.
Realicé un almíbar con agua, dos cucharadas de azúcar y dos de coñac. Con ayuda de una cuchara emborraché la capa que quedará abajo.
Una capa de dulce de leche sobre la primera capa de bizcocho emborrachado y ya le puedes poner un aro para ayudarnos a que no sobre salga el relleno de la tarta.
Poner en una sartén los plátanos los con el azúcar hasta que han quedado tipo puré. Deja enfriar y lo repartimos sobre el dulce de leche.
Monta la nata con ayuda de unas varillas. Una vez montada y con suavidad mezcla el dulce de leche.
Nos queda una crema. No hace falta incorporar azúcar, ya está dulce.
Repartimos la nata caramelo sobre el plátano y tapamos con la otra mitad del bizcocho. Repartimos el almíbar a gusto para que esté algo mojadito y con el licor.
Preparamos la crema de yemas: mezcla las yemas con la maicena en un vaso y reservalas. En un cazo ponemos el agua y el azúcar y lo llevamos a hervir unos minutos, ha de quedar en un punto que cuando levantas la cuchara cae de forma pesada en el cazo.
Cuando está el azúcar deshecho en el agua deja enfriar un poquito y luego incorporarlo a las yemas. Con ayuda de un colador vuelve a poner toda la crema en un cazo hasta que espesa. Nos queda una crema espesa, muy, muy amarilla, que distribuiremos sobre la parte superior de la tarta. Ahh tienes que esperar a que enfríe un poco antes de repartirla.
Ahora toca soplete: quema la crema para que quede tostada, no quemada. Dejamos enfriar en nevera.
Monta el resto de la nata con el azúcar y reparte por los bordes con ayuda de una manga pastelera. Está mejor si reposa todo unas horas o la noche en nevera.