Poner en un bol grande o palangana limpia el aceite, anís y mistela y mezclar. Ir añadiendo la harina con un tamiz o colador y amasar hasta que quede una masa elástica, ni dura ni blanda.
Ir cogiendo porciones de masa y formar bolitas de igual tamaño. Colocar cada bolita entre dos papeles aceitados y aplastar, bien con las manos bien con el 'instrumento' que hizo el iaio como los que tenía la bis Julia.
Cuando queda la masa aplastada ponemos una cucharada de boniato confitado en el medio y doblar la masa sobre sí misma formando una empanadilla. Cerrar bien con los dedos para que no se salga el relleno en el horno.
Cortar el sobrante con un cuchillo. Colocar en una bandeja de horno forrada con papel vegetal para que no se ensucie, pinchar con un palillo para que no se salga la masa y echar un poquito de azúcar en cada pastelito:
Cocer en el horno a unos 200º (cada horno es un mundo) vigilando continuamente para que no se doren demasiado.