Mira que me gustan las patatas fritas, y para acompañar a todo. Esto que os propongo hoy es una perfecta sustitución para acompañar un plato o como picoteo, complemento perfecto para una cena de tapas. Recomiendo comerlas templadas, es la mejor manera de saborearlas. Y por supuesto sencillisimo de hacer con muy pocos ingredientes. No os paséis con la pimienta... que luego se nota mucho y solo se trata de darle un toque.
En primer lugar, vamos a prepara el horno calentándolo a 200 ºC. Ahora en un bol ponemos la leche con la harina y el chorrito de vinagre y los batimos hasta que no queden grumos y os quede una pasta algo líquida.
Por último, en otro bol, mezclamos el queso con el pan rallado y la pizca de pimienta.
Preparamos el calabacín en rodajas y las pasamos por la mezcla de leche y harina y después por la de pan y queso. En la bandeja de horno ponemos un poco de papel de hornear y lo untamos con un poquito de aceite. Ponemos lo calabacines y los metemos al horno 15 minutos por cada lado. Como siempre os digo, vigilad el horno. Tiene que quedar doradas y crujientes.
Gracias! :)