Disolvemos la levadura en el vaso de leche tibia, tapamos con un paño de cocina y dejamos reposar durante 15 minutos en un lugar cálido hasta que salga una espumita por encima.
Vertemos la harina en un recipiente grande, añadimos un pellizquito de sal y hacemos con el dejo un hueco en el centro, como si fuera un volcán, le añadimos el aceite y la leche y empezamos a amasar, si hace falta más harina le añadimos más, hasta que quede una masa que no se pegue en los dedos y fácil de manejar, y la dejamos reposar durante 1 hasta que doble su volumen.
Transcurrido este tiempo, la colocaremos en el recipiente que vayamos a utilizar, yo lo hice en la tradicional llanda, extendemos cuidadosamente con las manos y dejaremos levar durante 1 hora más tapado con un paño limpio en un lugar cálido.
Mientras tanto hacemos el relleno, que va ha ser muy simple, solo voy a usar tomate, pimiento y cebolla. Cortamos la cebolla en trocitos y freímos con aceite, cuando esté doradita le añadimos el pimiento y 5 minutos después el tomate rallado.
Vertemos la mezcla sobre la masa y dejamos en el horno precalentado a 180º, primero lo puse solo con el fuego de abajo para que se hiciera bien la masa y luego con los dos, no calculé el tiempo exacto que tardó en prepararse, pero eso depende también de lo gorda que os quede la masa. Y.... a comer!!
Comentarios de los miembros:
Un típico plato valenciano, sencillo y delicioso. Aunque yo siempre lo he comido como plato único, llena lo bastante.
Resulta un buen entrante de verano