He de confesar, con algo de rubor, que no conocía la rúcula por lo cual me sorprendió más, si cabe.La compostura distinta, ligera y perfecta, la prefiero sin sal y dulcificada con un poquito de miel .
Tan simple como lavar y escurrir la rúcula, batir muy ligeramente el aceite, el vinagre y la miel, añadir al vegetal y decorar con un poquito de crema balsámica.
Finalmente, con un rallador o cortador apropiado, lonchear finísimamente y en trozos pequeños un poquito de queso parmesano de buena calidad.
La degustación de algo tan simple es soberbia, con una mezcla de sabores muy lograda en la que el parmesano tan fino se derrite prácticamente en tu paladar. De las mejores ensaladas, por calidad y sabor, que he probado en mucho tiempo.
Comentarios de los miembros:
Gracias la preparare se deliciosa y especial para mantenerme en forma.
La he comido levemente cambiada y puedo decir que es muy buena