Preparación del mazapán: Poner en el perol de la batidora todos los ingredientes con la pala mezcladora y darle a velocidad media. Dejar que se amase bien y seguidamente dejar reposar en lugar fresco y seco, tapado con papel film durante 24 horas.
Cuando la masa del mazapán haya reposado se trabaja un poco con las manos; luego, sobre una superficie espolvoreada con azúcar glas, se lamina con el rodillo liso 3 mm. más o menos. Se cortan cuadrados de 6 ó 7 cm. de lado y se pasa por encima de cada uno el rodillo estriado, se vuelven para que quede encima la cara inferior, es decir la lisa donde se pondrá el relleno.
Para hacer el relleno: Batir un poco las yemas y reservar. El azúcar se pone en un cazo con el agua y se deja cocer a fuego suave hasta que adquiera el punto de hebra fuerte, en este momento se añaden las yemas batidas y se bate sin cesar hasta que se cuajen.
Cuando estén cuajadas se retiran del fuego y se reservan hasta que se enfríe. Una vez fría la yema se pone en manga pastelera y con ella se van poniendo porciones encima de cada cuadrado de mazapán, una vez repartida la yema, enrollar. Cuando estén todos preparados se dejan secar un poco, se espolvorean con azúcar glas y se pueden comer. Yo los dejo sin azúcar, me gustan más así, pero cada uno puede ponerlos como más le guste.
Estos huesos de santo, junto a los buñuelos de viento y los panellets constituyen los dulces más típicos y tradicionales de los primeros días d noviembre en los que se celebran las festividades de Todos los Santos y de Difuntos. En lugar de espolvorearlos con azúcar glas pueden glasearse en un baño blanco de azúcar. También se pueden poner otro tipo de rellenos menos tradicionales que la yema como pueden ser la trufa, la crema de café, de mantequilla o de chocolate negro.
A la yema se le puede añadir una cucharada de almidón de maíz (Maizena) para que quede bien espesita, diluida en un poco de agua. Hay que tener cuidado al hacer la yema ya que que agarra con facilidad