Y con este nombre tan rimbombante llega este facilísimo plato. Es una entrada o acompañamiento muy rápido de preparar. También se puede preparar con esas patatas cocidas que se venden en el super pero a mi no me gustan porque tienen un sabor raro. Pero para el que no tenga ganas de perder mucho tiempo en la cocina siempre es una opción válida.
Engrasar una fuente de horno del tamaño adecuado para que quepan las patatas previamente cocidas y peladas (a mi me gusta sin pelar pero en esta ocasión tuve que hacerlo así para que fuera para todos los gustos).
Rociarlar con el aceite y espolvorearlas con la sopa de cebolla en polvo.