Siempre frío a fuego lentísimo los piquillos en una sartén con un poco de aceite, donde entren todos formando una preciosa corona, los sal-azucaro en la misma proporción y allí los dejos hasta el momento de darles la vuelta.
Arguiñano lo contó una vez, probé y desde aquel momento ya no concibo estos pimientos en crudo, en fin, manías supongo, pero para mí están, sin duda alguna, mucho más ricos. ¡Ah! No tiréis el poco caldillo que queda en la lata, añadirle un chorrito de aceite y reservar, formará parte del plato.
Tania, amiga de mi hija, le dijo que la hacía así y que estaba buenísima, aunque ella añade queso “no azul” pero teniendo un Valdeón por casa no pude resistirme. Trituramos todos los ingredientes de la salsa. Después de triturar estos ingredientes hasta el aburrimiento, mezclar con la mayonesa consiguiendo una rica salsa, no tártara, pero francamente rica. El delicioso bonito no tiene secretos, abrir el tarro, sacar los lomos y poner sobre el pimiento abierto, por encima una generosa capa de la salsa y volver a cerrar.
En la sartén, que aún conserva el resto del aceite de freír los pimientos, añadir el juguillo con el aceite que está reservado en la lata, calientar un poco y se me ocurre, porque ver cerca de mi, un trozo de sobrasada, coger un trocito y añadirlo a la sartén, el tiempo justo para que se deshaga dentro de esos jugos. Salseo los pimientos fríos con la mezcla caliente y ya está.
Creo que lo harè mañana mismo, lo del queso azul, lo cambiare, pero la receta esta para plato fuerte en verano y como vivo en playa tengo el verano el año entero
Comentarios de los miembros:
Divina!!!!
Creo que lo harè mañana mismo, lo del queso azul, lo cambiare, pero la receta esta para plato fuerte en verano y como vivo en playa tengo el verano el año entero