Batir la mantequilla a temperatura ambiente junto con el azúcar.
Agregar los huevos de a uno e incorporar la harina tamizada junto con la sal.
Formar un bollo suave y liso sin amasar demasiado. Cubrir con papel film y llevar a la nevera por lo menos 20 minutos.
Estirar la masa con palote sobre la encimera apenas espolvoreada de harina, con un espesor de medio centímetro, cortar con la forma deseada y poner las galletas en una placa de horno engrasada con mantequilla.
Cocinar en el horno a 190º C por aproximadamente 6 minutos o hasta que se vean los bordes de las galletas apenas dorados.
Una vez frías decorar a gusto con chocolate fundido.