Empezaremos por la base : En un bol mezclar el aceite y la cerveza.
Echar encima un poco de harina y sobre esta añadir la levadura. Mover bien con un tenedor.
Añadir a la mezcla una cucharadita de sal y remover.
Ir añadiendo harina y amasar hasta obtener una masa homogénea que se despega de las manos.
Poner papel sulfurizado sobre una bandeja de horno y extender muy bien la masa sobre esta. Lo importante es que nos quede una capa muy fina de masa.
Ahora empezamos con las migas : En un bol ponemos una buena cantidad de harina, un poco de sal y un chorro de aceite.
Con un tenedor iremos moviendo hasta que se formen unas bolitas. Aquí no hay cantidad exacta de cada cosa, cuanta más harina las bolas quedarán más pequeñas y cuanto más aceite las bolas quedarán más gordas. Probar de sal y añadir más si fuera necesario.
Cuando las migas tengan las textura deseada las pondremos encima de la masa extendida en la bandeja de horno. Yo hice 3 tandas de migas para que quedara bien cubierto, pero dependerá de la cantidad que hagáis en cada tanda.
Con un cuchillo afilado cortaremos en cuadraditos. Esto es para que una vez endurecida la masa se pueda cortar en tortas individuales. Como es muy empachoso os aconsejo que hagáis cuadraditos pequeños.
Meter al horno previamente precalentado a 170-180ºC unos 25 minutos o hasta que veáis que las migas están bien doradas.