Por un lado vamos a preparar el pastel. La verdad es que si no tenéis mandolina, no es imprescindible. Basta con cortar las patatas muy pero que muy finitas, casi transparentes. Para ello va fenomenal el pelador de patatas.
Una vez que hemos cortado las patatas en rodajas muy finas, cogemos una fuente de horno, y echamos un poquito de aceite en la base. La cubrimos con una capa de patatas.
Les ponemos sal y alguna especia que os guste. En este caso yo le he puesto un poquito de pimienta negra y albahaca.
IMPORTANTE: Es conveniente poner pocas especias, porque se irán repitiendo una capa si y otra no, y si nos pasamos luego va a estar incomible. Lo digo por experiencia, que en la escuela lo hicimos y algunos quedaron para tirarlos.
Ponemos una segunda capa de patatas y encima de las mismas, una fina capita de nata.
La siguiente capa de patatas y las especias y sal.
Siguiente capa de patatas y de nuevo nata.
Seguimos así poniendo varias capas hasta tener una altura de unos 3 o 4 centímetros.
Terminamos con la capa de nata, echamos por encima un poco de pan rallado y algo de queso rallado y lo metemos al horno, a unos 180º. Si vemos que se nos gratina demasiado lo cubrimos con papel de aluminio. No os digo tiempo porque dependerá del tamaño y la altura que le deis y del grosor de la patata.
Antes de sacarlo, pinchar con un palillo para comprobar que la patata está tierna. Mientras el pastel se nos va haciendo en el horno, vamos con el relleno: En una sartén a fuego medio, pochamos la cebolla cortadita muy menuda, luego le añadimos el calabacín y por último los champiñones laminados. Estos últimos poco a poco para que no suelten demasiada agua y en lugar de pocharse se cuezan.
Una vez hecho todo le añado un poquitín de leche para formar una masita unida y jugosa. Muy poca cantidad, que no nos quede muy líquido.
Rectificamos de sal y apartamos.
Con esto que hemos hecho nos va a dar para el relleno y para la salsa.
Y ahora le toca el turno al pescado:
Cortamos los lomos de abadejo en trozos similares, para poder poner dos capas y el relleno en medio.
Yo he utilizado este pescado, pero está claro que se puede hacer con muchos tipos, desde merluza, hasta salmón...
En una fuente de horno untamos un poquito de aceite, y ponemos la mitad de los trozos de pescado.
Le ponemos un par de cucharadas de relleno a cada trozo, lo cubrimos con los trozos de pescado sobrantes y echamos un poquito de aceite por encima y sal.
Los metemos al horno a 180º para que se haga el pescado. Tampoco pongo tiempo en esta ocasión porque dependerá del tamaño de los trozos, pero vamos, el pescado no necesita mucho tiempo.
Mientras, prepararemos la salsa:
Al relleno que nos ha sobrado le añadiremos unos cuantos pimientos del piquillo o en su defecto morrones, muy troceados. Pasados dos o tres minutos, añadimos un poquito de nata y un buen chorreón de leche, lo echamos todo en el vaso de la batidora y lo trituramos todo bien, para que quede una salsita fina. Esta salsa la colamos, la volvemos a echar en la sartén y a calentar.
Montaje del plato:
Con un cacillo, echamos un poquito de salsa de piquillos en el plato.
Encima colocamos dos trozos de pescado relleno.
Con un cortapastas cortamos un pedazo de pastel de patata y lo añadimos al plato (No es dificil y el resultado es mucho más vistoso que cortando un trozo con un cuchillo).
Comentarios de los miembros:
Graciosilla
Gracias. Mańana triunfo con esta maravilla.