Mezclamos todos los ingredientes de la masa, excepto el queso en polvo. Una vez bien ligados, añadimos queso hasta que la masa se despegue del cuenco, y se trabaje bien.
Tapamos con film transparente, y dejamos en la nevera un buen rato, (a poder ser unas horas).
Formamos bolas con la masa, las pasamos por harina, y freimos ligeramente. Resevamos en el recipiente donde las vayamos a cocinar.
Quita aceite de la sartén en la que has pasado las albóndigas, dejando la cantidad suficiente para sofreir cebolla picada.
Cuando esté dorada añade una cucharadita de harina, pasa unos segundos, y a continuación un buen chorrete de vino, (deja evaporar).
Añade a las albóndigas y cubre con agua caliente. Cuando hierva añade una pastilla de caldo de carne.
Deja cocer a fuego moderado y mueve de vez en cuando hasta que la salsa haya espesado, es el momento de probarlas de sal.
Y nuestras albóndigas están terminadas, a falta de una guarnición de nuestro gusto ! Verás que ricas !