Poner el bacalao en remojo durante 24 horas cambiando el agua 2 o 3 veces.
Se ponen los trozos de bacalao a secar encima de papel de cocina y se enharinan.
Se ponen a freír en aceite muy caliente hasta que estén dorados por ambas caras y se introducen en la fuente o cazuela que sea apta para el horno.
Para hacer esta receta venden una fuente de aluminio especial llamada Llauna pero se puede hacer en cualquier tipo de fuente que valga para el horno.
Se ralla el tomate y se pican los ajos, y en el mismo aceite de haber dorado el bacalao se sofríen los ajos apartando la mitad en un plato y se le añade el pimentón removiendo para que no se queme, añadimos el tomate, el laurel, la sal, la pimienta y el azúcar dejándolo sofreír a fuego lento.
Cuando ya esté, se le añade el vino y se deja reducir 5 minutos.
Echar el sofrito sobre los trozos de bacalao, espolvoreando por encima el resto de los ajos, el pan rallado y el perejil.
Gratinar en el horno durante 10 minutos y ya está listo para servir.