A mí me gusta el bacalao de cualquier forma: lomos en salsa, albóndigas, paté, guisos, empanada, sopa... pero siempre usando bacalado desalado. Para mi el bacalao fresco no están tan rico.
Esta es una receta clásica y tradicional, de toda la vida. Cero complicación. Perfecta para congelar o para llevar en tupper a la oficina. Su sabor mejora al día siguiente. La gracia de esta receta es la salsa por lo que utilizar el comodín de utilizar una salsa de tomate frito de supermercado no es una opción que me valga.
Sin embardo, la tarea de pelar y trocear el tomate se me hace siempre muy pesada. Creo que utilizar la misma cantidad de tomate de lata serviría igual.
Y no te olvides de comprar pan, mucho pan. ¿Puede haber algo más rico que mojar pan en una salsa de tomate?
Primero de todo es desalar el bacalao. Se dejan los lomos en remojo 48 horas cambiando el agua cada 12 horas. El bacalao se debe guardar en la nevera para evitar que se se estropee.
Pasadas las 48 horas empezamos a preparar la salsa.
Pasadas las 48 horas empezamos a preparar la salsa.
Se corta el pimiento, la cebolla, el ajo y pelamos los tomates:
Calentamos 2 cucharadas de aceite en una olla lo suficientemente grande para que luego nos quepan los lomos de bacalao. Añadir el pimiento rojo y dejar pochar durante 10 minutos hasta que empiece a ablandarse.
Se añade la cebolla y el ajo y seguimos pochando durante 20 minutos. Si ves que empieza a quemarse añadir un chorrito de agua y con la espátula de madera raspar el fondo. De este modo no tienes que añadir más aceite.
Ahora volcamos el vino y se deja cocinar hasta que se evapore el alcohol. Añadir el tomate, el pimentón y la pula de pimiento choricero.
Se deja cocinar durante 45 minutos a fuego bajo. Quizás si cocinas con vitrocerámica sólo sea necesario 30 minutos. A mi me gusta la salsa de tomate bien espesa, sin nada del líquido de tomate.
Se sacan los lomos del agua y se enjuagan bien. Se secan con papel de cocina:
Se rebozan en harina. Se calienta 1 cucharada de aceite (o más si prefieres) en una sartén y se sellan los lomos. No tiene que estar frito ya que se terminará de cocinar dentro de la salsa:
Se añaden los lomos en la salsa con la piel hacia abajo para ayudar a que suelte su gelatina y espese la salsa.
Se deja cocinar a fuego bajo durante 5 minutos. Se prueba de sal. Aunque el bacalao esté correctamente desalado siempre estará algo salado.