El bacalao se tiene en remojo 48 horas (este era bastante grueso), cambiando el agua varias veces.
En el momento de cocinarlo, se saca del agua, se seca entre dos paños de cocina, se pasa por harina y se fríen hasta que las tajadas tomen color dorado.
A medida que se van haciendo se van colocando en una fuente de horno "llauna", que es el recipiente típico que da nombre al plato.
El pimiento, previamente asado y pelado, se cortan en tiras largas que se disponen sobre los trozos de bacalao.
En el aceite que ha sobrado de freír el bacalao, se fríen los dientes de ajo muy picados y, cuando se empiezan a dorar, se retira la sartén del fuego y se le añade el pimentón, se coloca de nuevo al fuego se le añade el vaso de vino. Se remueve todo bien y se echa la hoja de laurel, se prueba y se sazona si fuera necesario.
Se vierte sobre el bacalao y se introduce en el horno donde cocerá a temperatura suave hasta que la superficie de las tajadas quede tostada. Se sirve muy caliente.
Comentarios de los miembros:
Buenisimo