Limpiar la tapa de ternera blanca, retirando los tendones y grasa excesiva. Cortar en dados de 2 cm. Aprox. Poner la carne en remojo durante varias horas para que suelte un poco la sangre.
En una olla poner a fondear la cebolla picada muy fina con la mantequilla. Cuando esté bien transparente y sin que se dore la cebolla, rehogar la carne de ternera ya desangrada. Una vez rehogada y evaporado el líquido, añadir una cucharada de harina y remover bien sin que se dore.
Poner un vaso de vino blanco, laurel y pimienta blanca molida. Cuando evapore el alcohol añadir caldo de ternera hasta cubrir la carne. Cocinar a fuego muy lento y siempre removiendo para que no se agarre y coja algo de color.
Una vez blanda la carne poner a punto de sal. Se le puede añadir al final un poco de nata líquida (en esta ocasión no tiene nata). Guarnecer con verduritas salteadas.