En una sartén ponemos a calentar aceite de oliva (una cucharada más o menos) sin que se llegue a calentar mucho para que no se nos queme luego el pan. Colocamos las rebanadas de pan y doramos por las dos partes, sin que lleguen a quemarse.
Vamos añadiendo aceite, según se vaya necesitando y mantenemos el fuego medio bajo. Cuando el pan esté doradito sacamos y reservamos en un plato con papel absorbente por si hay exceso de aceite.
En un recipiente mezclamos los tomates troceados, echamos un chorro de aceite de oliva, la albahaca cortada a trocitos y sin los tallos, sal y pimienta recién molida. Probamos el punto de sal.
Dejamos esta mezcla macerando unos 10 minutos, sin que pase de media hora porque si no la albahaca se marchita.
Untamos las rebanadas de pan con el diente de ajo partido por la mitad. Echamos por encima la mezcla anterior y servimos.