En primer lugar, lavamos y limpiamos de barbas los mejillones. Los ponemos en una cacerola amplia. Los tapamos con papel ALBAL unos minutos y listos. Los ponemos en una fuente a enfriar y filtramos y reservamos medio vaso del líquido dónde los hemos abierto. Una vez estén fríos, los retiramos de las conchas y los picamos con una tijeras en trocitos pequeños. Reservamos las conchas.
En una sartén con 3 cucharadas de aceite, ponemos a pochar la cebolla y los ajos muy picaditos. Añadimos el beicón picadito y el perejil. Damos unas vueltas y le añadimos un poco de agua de abrir los mejillones. Dejamos que se ablanden las verduras y añadimos los mejillones picados. Probamos de sal y rectificamos si hace falta. Dejamos que se evapore todo el líquido y reservamos.
BECHAMEL: La bechamel se prepara con medio litro de leche, 3 cucharadas de harina, 1 cucharada de mantequilla y una pizca de sal. Pimienta y nuez moscada. Sal un poco menos que lo que pone Marta.
En las conchas vacías, vamos poniendo una cucharada del picadillo hasta acabar con todo. La cantidad varía según el tamaño del mejillón. Cubrimos cada mejillón con la bechamel templada. De ésta forma se trabaja mejor que si está totalmente fría. No mezcléis el relleno y la bechamel, ya que no se trata de hacer masa de croquetas!! Es un poco más laborioso, pero os aseguro que el resultado bien vale el esfuerzo !! Una vez estén todos cubiertos con bechamel, los pasamos por harina, huevo batido y pan rallado. Los freímos en aceite abundante y los servimos bien calentitos.