Salpimentamos el solomillo y calentamos una sartén con una gotita de aceite. Cuando esté bien caliente, doramos el solomillo por todas sus caras. No tiene que cocinarse por dentro, tan sólo sellarse, unos segundos por cada lado, dorarse ligeramente, para que los jugos queden dentro. Lo retiramos en un plato y dejamos que se enfríe.
Aparte, en una sartén o cazo, pochamos la cebolla a fuego muy suave, con un chorro de aceite y una pizca de sal. La hacemos a fuego lento durante unos 20 minutos, hasta que esté muy blandita, casi caramelizada. Dejamos enfríar.
Es importante que el relleno esté frío para que podamos manipular el hojaldre. Si no, con el calor se ablandará y se romperá. Por tanto, cuando esté todo frío, pasamos a montar los ingredientes. Precalentamos el horno a 190º. Extendemos la lámina de hojaldre, y la cortamos un poco más larga que nuestro solomillo, dejando margen para que cierre por los lados. Reservamos también unas tiritas para decorar.
En el centro del hojaldre colocamos un poco de paté, como unos 3-4 mm de grosor, ocupando lo mismo que el solomillo. Sobre él, extendemos la cebolla, y terminamos poniendo el solomillo sobre ésta.
Doblamos los extremos del hojaldre para cerrar el tubo por el principio y el final, y a continuación plegamos el hojaldre de un lado cubriendo el solomillo, cerrando bien los extremos. Repetimos con el otro lado del hojaldre y lo colocamos sobre una fuente de horno, con la junta hacia abajo.
Decoramos como más nos guste con las tiritas de hojaldre que habíamos reservado y pintamos todo con huevo batido. Metemos al horno y cocinamos durante unos 18-22 minutos, según nos guste más o menos hecho.
Una vez hecho, lo sacamos a una fuente y lo dejamos reposar unos minutos antes de servir. Así tal cual está estupendo, pero se puede acompañar de un poco de mostaza o una salsa o mermelada de frutos rojos.
El solomillo Wellington suele llevar una farsa de champiñones y chalotas; es decir una duxelle. Puedes añadirla a la elaboración de la receta si quieres. Para ello, simplemente rehoga con un poco de mantequilla los champiñones y una chalota picada. Cuando se haya evaporado todo el líquido que sueltan los champiñones añade una cucharadita de nata y otra de salsa inglesa Worcestershire y cocina un poco más. Esta será la primera capa que pongamos en el hojaldre. Tiene que estar fría. Luego ya le pondremos el foie y la carne.
Preguntas:
Buena receta, pero te faltan los champiñones.
Responder Petitchef:
Gracias. Sí, no dudes en añadir la duxelle a tu elaboración si lo deseas. Un saludo y a disfrutar de este riquísimo plato! :)
Yo de fondo le pongo una duxelle, cocinado con aove, y por supuesto el paté, de la duxelle, suelo hacer más que la que le pongo al solomillo, así después tengo una guarnición, pero sí, está muy bien !!
Sí, es una gran idea! Le aporta gran sabor y textura. Gracias por compartirlo en la comunidad Petitchef. Un saludo del equipo!