Abre el aguacate, vacíalo y con un tenedor haz de la pulpa un puré. Hay que trabajar el aguacate un poco. Puedes usar guacamole en vez de aguacate, pero ten en cuenta que el sabor del guacamole podría enmascarar el de la ventresca y el del Martini.
Unta el pan con la pulpa del aguacate, sé generoso. Adereza con un poco de pimienta y un poco de sésamo. Se trata de que el dulce de la fruta y el dulce del Martini no conviertan esta entrada en un postre.
La base de esta tosta está lista. Sobre el aguacate, coloca la ventresca de bonito en aceite de oliva. Escurre un poco el aceite, pero no la dejes demasiado seca. Aquí llega la protagonista: la Ventresca de Bonito Serrats
En una sarten con fuego fuerte, vierte el medio vaso de Martini Rojo. Tienes que dejarlo el tiempo justo para que empiece a espesar: la única dificultad del plato es que si reduces demasiado quedará amargo y si reduces poco no conseguirás ese efecto de caramelo deseado.
El secreto está en encontrar el punto de reducción adecuado. Ahora sólo falta dejar un chorrito de la reducción de Martini sobre la ventresca, y ¡listo! Un fantástico plato que despertará la curiosidad de nuestros invitados