Introducir en un bol la harina, la sal, el comino y la mitad del agua. Remover con un tenedor muy bien. No debe quedar ningún grumo, utilizar un aplastador de patatas para conseguirlo.
Rectificar de sal o comino. Añadir el resto del agua y remover un poco más (la masa es bastante líquida, es normal). Cubrir con un film alimenticio y dejar reposar en la nevera unas 8 horas.
Precalentar el horno a 180ª. Untar unos moldes individuales o de muffins con aceite de oliva ( si tenéis moldes de papel, mejor) y rellenar con la mezcla sin llegar al borde.
Hornear unos 30 min o hasta que estén firmes al tacto y dorados. Servir tibios y acompañados de harissa o pasta de tomates secos.