Quitamos la corteza a las naranjas con un pela papas, solo la parte naranja, procurar no coger médula blanca, porque amarga. La ponemos con la leche en un cazo al fuego y la inficionamos. Dejamos reposar una hora. Hacemos la base: molemos las galletas hasta hacerlas polvo.
Derretimos la mantequilla y se la echamos a las galletas, hacemos una masa compacta y la extendemos bien por todo el contorno de un molde redondo desmoldable. Ponemos en la nevera.
Batimos las yemas con 50 gr. de azúcar, hasta que la mezcla se vuelva blanquecina. Colamos la leche retirando la piel de naranja, le incorporamos las yemas y la ponemos a fuego suave, removiendo hasta que la mezcla se espese. Dejamos enfriar. Montamos las claras a punto de nieve incorporándole poco a poco 50 gr. de azúcar, la glucosa y el cremor tártaro.
Agregue esta mezcla a las yemas con mucho cuidado no se baje. Montamos la nata y se la agregamos con movimientos envolventes a la mezcla anterior. El zumo de naranja lo colamos, le ponemos el azúcar invertido, el licor, la esencia y el colorante, mezclamos bien y se lo añadimos en forma de hilo a la crema anterior de yemas y nata.
Vertemos esta crema sobre la base de galletas, igualamos la superficie, tapamos con papel de aluminio o film y la ponemos en el congelador durante 24 horas como mínimo. Desmoldamos solo la base y la colocamos sobre el plato de presentación. Devolvemos al congelador. Decoración: ponemos de remojo en agua las hojas de gelatina. A las naranjas le hacemos unos cortes acanalé verticales en la corteza y luego cortamos en rodajas horizontales.
Sacamos momentáneamente la tarta del congelador y colocamos las rodajas de naranja por toda cubierta en círculo, superponiendo una sobre la otra. Volvemos a ponerla en el congelador.
El zumo de naranja lo calentamos un poco. Escurrimos la gelatina y se la ponemos al zumo, disolvemos. Dejamos que se enfríe un poco y se la ponemos con cuidado encima de las rodajas de naranja, dejamos cuajar en el congelador. Desmoldamos la tarta con cuidado y presentamos.