Batimos los huevos, junto con el azúcar, una pizca de sal y 4 cucharadas de agua. Batimos durante un ratito (no menos de 4 o 5 minutos) hasta obtener una mezcla espumosa.
Mezclamos la harina con la levadura en polvo y tamizamos encima de la mezcla de agua y huevo. Vertemos las nueces encima de todo.
Removemos bien hasta que todo esté correctamente integrado. Yo no utilicé batidora, pero si os véis en dificultades, podéis hacerlo.
Preparamos el molde desmontable. En mi caso, suelo forrar el fondo con papel de hornear. A continuación, embadurnamos el fondo y los bordes del molde con mantequilla.
Vertemos en el molde la mezcla anterior de introducimos en el horno (que habíamos precalentado a 180 ºC) durante unos 30 minutos. Podéis comprobar si el bizcocho está hecho, pinchándolo con un cuchillo: si sale seco, el bizcocho está listo.
Transcurrido este tiempo, sacamos el bizcocho y lo dejamos enfriar.
Continuamos preparando la crema de relleno de la tarta. Para ello, ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría, durante unos 10 o 15 minutos.
Picamos el chocolate y lo ponemos a fundir en un cazo junto con el Amaretto, el azúcar glass, el café.
Exprimimos las hojas de gelatina, para retirarles el agua y las echamos encima de la mezcla de café y chocolate, para que se fundan. Removemos constantemente, sin que llegue a hervir, hasta que se hayan fundido en la mezcla.
Retiramos del fuego y reservamos. Si queréis, podéis poner la crema dentro del frigorífico, vigilando que no llegue a cuajar del todo. Nos interesa que coja consistencia, simplemente.
Continuamos montando la nata a punto de nieve. Ya sabéis cómo suelo hacerlo habitualmente: montamos con las varillas eléctricas hasta que la nata haya duplicado su tamaño, pero siga estando más o menos líquida. A continuación, echamos la gelatina y el azúcar glass y continuamos batiendo a máxima velocidad hasta que se haya endurecido y esté montada. Podemos comprobar si está lista dándole la vuelta al bowl donde la hemos montado: si no se cae, la nata está lista.
Retomamos la crema de café y chocolate. Removemos bien (debe haber cogido algo de consistencia) y mezclamos con la nata que hemos montado. Lo hacemos con movimientos envolventes, con cariño y amor, con ilusión y dedicación... solos o en compañía, pero lo hacemos... Si os dais cuenta, mi mezcla de café no tomó mucha consistencia; no la dejé enriar mucho tiempo. Sin embargo, la nata montada lleva gelatina y eso le dio más cuerpo a la mezcla... Es decir, queremos una crema que podamos untar sobre el bizcocho, que no se nos desmorone. Para eso se utiliza la gelatina.
Reservamos esta mezcla y retomamos el bizcocho.
Cortamos dos veces el bizcocho en horizontal.
Ponemos la plancha base sobre un plato y repartimos un tercio de la crema de chocolate y amaretto por encima. Intentamos hacerlo con homogeneidad.
Repetimos la operación con la segunda y tercera plancha. Sí, sobre la última plancha también ponemos mezcla de café y nata.
Metemos en el frigorífico y dejamos que cuaje un poco. Una o dos horas serán más que suficientes.
Por último adornamos nuestra obra. Montamos la nata y cubrimos totalmente la tarta. Ponemos unas nueces alrededor de la tarta, con una manga pastelera hacemos unos montoncitos de nata por encima. Ponemos varias nueces y varias frambuesas, dejamos caer una fina de capa de cacao por encima ... y ya esta!!
Qué aproveche!!!
Puedes encontrar las fotos y demás en mi blog, www.elcocinicas.com
Comentarios de los miembros:
Excelente
Està buenìsima, y facil de hacer.
Genial