Empezaremos forrando unos moldes con la masa quebrada y los pinchamos con un tenedor.Los forramos con papel de hornear y los rellenamos de garbanzos o alguna otra cosa que el peso impida que la masa se hinche y se deforme.
Los introducimos en el horno precalentado a 180º, unos 10 minutos.Mientras tanto, vamos preparando el relleno.
En un bol mezclamos con unas varillas la leche condensada, las yemas de huevo y el zumo de limón, hasta que estén bien mezclados y formen una crema. Si es con batidora lo haremos suavemente, con la velocidad lo más baja posible. En total serán unos 2 minutos.
Pasados los 10 minutos de horneado de las tartaletas, las sacamos del horno sin apagarlo.Retiramos de encima el peso y el papel de hornear, y las rellenamos con la crema de limón. Hay que tener cuidado, en el horno crece un poco, aunque despues vuelve "a su sitio". En algún momento pensé que se iban a desbordar, menuda tensión. Para la próxima las rellenaré un poco menos. Las dejaremos otros 10 minutos, tras los cuales las sacamos del horno y las ponemos sobre una rejilla, para que enfríen.
Pasadosunos 5 minutos las desmoldaremos, para que no haya condensaciones y la base no se humedezca.Una vez estén frías, procedemos a hacer el merengue. En este caso es un merengue suízo, Auro tiene un truco muy bueno en su blog para hacerlo si no tenemos un termómetro de cocina: Ponemos las 3 claras, el azúcar y la pizca de sal en un bol.Este bol lo ponemos al baño maría, metemos una mano dentro de la mezcla y removemos con ella para ayudar a que el azúcar se deshaga por completo.
Seguiremos revolviendo con la mano mientras aguantemos el calor. Cuando sea demasiado alto, retiramos del fuego y con unas varillas (mucho más cómodo con batidora que a mano) montamos el merengue.
Hay que tener cuidado de no pasarnos, yo me despisté un poquito y me pasé de tiempo, así que el merengue se "aguó" un poco. El punto exacto es cuando está muy brillante y hace "picos" (es decir, si levantamos un poco con un dedo o una cuchara se queda muy tieso, no se baja. Ponemos el merengue sobre las tartaletas, como más nos guste. Como podéis ver yo las decoré de diferentes formas (con manga pastelera, con cuchara y haciendo picos, haciendo una cúpula... ).
Podemos dejarlas así o gratinar el merengue con el grill del horno o con un soplete. Hay que ser muy rápidos, que como el merengue tiene mucho azúcar se quema enseguida.
Y el postre está listo! Hay que hacerlo en dos partes, pero las dos son muy cortas, se hace una tarta estupenda en un periquete! Y riquísima, que es lo más importante!
La textura es súper suave, muy delicada. Mirad el corte: