Tartaletas veganas de arándanos heladas (sin horno)
Tartaletas veganas de arándanos heladas (sin horno)
Últimamente busco repostería vegana y la web de Natalie "Feasting on Fruit" es maravillosa. Estas tartaletas, sin horno y servidas heladas son perfectas. Son una cucada y con un sabor maravilloso. Parece increíble que no lleven azúcar, ni grasas, ni harina, ni leche animal por lo que las hace aptas para celíacos, veganos, intolerantes a la lactosa bla bla bla...
Lo primero de todo sería hacer la mantequilla de anacardos. Para eso os recomiendo visitar la página de A hungry blog (pongo el enlace al principio de esta entrada). Yo compré una bolsita de 200 gr. de anacardos y con eso me apañé ya que la receta pide 190 gr. La verdad es que impresiona como va variando la textura de los anacardos a medida que los trituras. Al principio te crees que nunca lo vas a conseguir pero en un momento dado empieza a soltar su aceite natural y a formarse como una crema dura que termina siendo una crema más líquida. Me encanta. Ya hice una vez nutella casera, con avellanas, mucho más fácil porque las avellanas son más blandas que los anacardos. El proceso fue muuucho más sencillo que con anacardos, donde va a parar.
Lo siguiente sería trocear los dátiles, pero más que nada para facilitar la tarea a mi robot de cocina.
Sacar los arándanos del congelador. Como los mios eran grandes, los aplasté un poco con un tenedor.
Y ahora empezamos: En el robot de cocina ponemos todos los ingredientes de la base crujiente. Trituramos bien. Se forma como una masa pegajosa. Con esta masa iremos forrando 1 molde de muffins de 6, de silicona ya que te facilitará sacarlas.
En la receta original se ponían estas tiras de papel para facilitar poder sacarlas pero me resultaron inútiles porque las tartaletas se congelan y gracias a que usé un molde de silicona pude sacarlas. Al tirar de las tiras de papel se rompían. También es verdad que puede ser más fácil si vas a utilizar todas las tartaletas porque entonces esperas un rato fuera del congelador antes de sacarlas ayundándote de estas tiras de papel. Las tartaletas ya no están tan frías y supongo que será más fácil. Pero este no va a ser mi caso, yo sólo saco la que me voy a comer, las demás no me interesan que se vayan descongelando.
Continúo con la receta, cuando hemos puesto la base crujiente metemos el molde en la nevera mientras vamos preparando el resto.
Se mezclan los ingredientes del relleno en el vaso batidor (no en el robot de cocina porque se sale), hasta conseguir una crema. Sólo puedo decir que probé un poco mientras la hacía y el sabor era increíble, buenísimo. Parecía dulce de leche.
Se pone sobre la base crujiente de las tartaletas.
Distribuímos por encima los arándanos descongelados.
Meter el molde en el congelador toda la noche. Para comerte una tartaleta, sácala del molde con antelación para poder comértela con una textura más blanda, aunque tiene que estar helada, esa es la gracia de estas tartaletas (para mi gusto 20 minutos, aunque Natalie dice 5 minutos... imposible para mi).
e preparado mi propia mantequilla de anacardos y aunque me ha costado la vida y a poco me cargo mi robot de cocina, ha sido genial ver como los anacardos se transformaban poco a poco en mantequilla. Ahora, me ha costado como 25 minutos. Pero si tienes un robot de cocina potente, tipo Vitamix, te resultará más fácil todo el proceso de las tartaletas.