En un bol ponemos 200 ml de nata y 85 grs. de azúcar y la montamos hasta conseguir picos. Le añadimos el queso mascarpone y batimos hasta integrarse todo y conseguir una crema espesa. Reservamos.
Ponemos el café en un plato hondo añadiéndole el licor y 2 cucharadas de azúcar. Cogemos los bizcochos de soletilla y los mojamos en el café brevemente y los vamos colocando en un molde de horno de manera que cubramos toda la base. A continuación ponemos la mitad de la crema de mascarpone y encima de ella otra capa de bizcochos untados en café. Por último cubrimos con el resto de mezcla de mascarpone. Introducimos unas horas en la nevera.
Espolvoreamos por encima cacao puro en polvo hasta cubrir toda la superficie. Dejamos unas horas en la nevera y listo.