Es 6 de enero, ya han pasado los Reyes Magos de Oriente por casa y hemos abierto los regalos, el aroma de un roscón recién horneado invade la casa. Fuera hace frío, pero no importa. Con una taza de chocolate caliente entre las manos, cortas el primer trozo del roscón: la masa es tierna, ligera, esponjosa. Esto es lo que esperamos cuando nos decidimos a hacer nuestro primer Roscón de Reyes Pero, ¿qué pasa cuando el resultado no es el esperado? Desde masas duras, bollos que no suben, hasta frutas confitadas que se hunden. Hay pequeños errores que nos pueden llevar a un gran "desastre"; no obstante, la buena noticia es que se pueden solucionar fácilmente si sabes cómo. Hoy te contamos los errores más comunes que cometemos al cocinar un Roscón de Reyes y cómo evitarlos para conseguir un resultado exitoso.