8 errores comunes al hacer un Roscón de Reyes y cómo evitarlos

Es 6 de enero, ya han pasado los Reyes Magos de Oriente por casa y hemos abierto los regalos, el aroma de un roscón recién horneado invade la casa. Fuera hace frío, pero no importa. Con una taza de chocolate caliente entre las manos, cortas el primer trozo del roscón: la masa es tierna, ligera, esponjosa. Esto es lo que esperamos cuando nos decidimos a hacer nuestro primer Roscón de Reyes Pero, ¿qué pasa cuando el resultado no es el esperado? Desde masas duras, bollos que no suben, hasta frutas confitadas que se hunden. Hay pequeños errores que nos pueden llevar a un gran "desastre"; no obstante, la buena noticia es que se pueden solucionar fácilmente si sabes cómo. Hoy te contamos los errores más comunes que cometemos al cocinar un Roscón de Reyes y cómo evitarlos para conseguir un resultado exitoso.
1. No respetar los tiempos de fermentación
El roscón, al igual que el brioche o el panettone es un bollo que se hace con mucha mantequilla y bastante azúcar, por lo que requiere de una fermentación larga. La levadura necesita tiempo para hacer su magia. No cometas el error de andar con prisas y reducir los tiempos de levado o acabarás con un roscón denso y apelmazado. Dale tiempo a la masa para doblar su volumen (unas 2-3 horas en el primer levado y 1 hora como mínimo en el segundo) y procura que fermente, tapado con un trapo de cocina limpio y seco, en un lugar cálido, pero no caliente. La clave aquí: organización y paciencia.
2. Usar mal los ingredientes o usar los inadecuados
Un buen roscón se elabora con ingredientes de calidad. No escatimes en esto. Usa huevos frescos, mantequilla de calidad, un buen agua de azahar (no aromatizantes sintéticos), etc.
- Harina: La harina de fuerza es la clave. Si usas harina normal o harina floja, la masa no desarrollará el gluten necesario para sostener la estructura del roscón. Opta por una harina con al menos un 12% de proteínas.
- Leche: Mejor que sea entera.
- Mantequilla: Tiene que estar a temperatura ambiente. Lo que se conoce como mantequilla pomada. No uses ni mantequilla fundida, ni mantequilla recién sacada de la nevera.
- Levadura: En estos bollos de masa fermentada la levadura química, tipo Royal, no vale. Tendrás que usar o levadura de panadería liofilizada o levadura fresca. Consulta las cantidades y el tipo en tu receta.
- Líquidos: Ron, agua de azahar, etc. Si bien el roscón necesita humedad para ser esponjoso, si te pasas con los líquidos podrías acabar con una masa pegajosa y difícil de trabajar. Sigue las proporciones exactas indicadas en la receta y agrega los líquidos poco a poco.
3. No amasar lo suficiente
Amasar no es solo mezclar los ingredientes; es desarrollar el gluten. Si no amasas lo suficiente, tendrás una masa frágil que se romperá al levar. Cuanto mejor sea el amasado mejor será el resultado. No dejes de amasar hasta que consigas una masa lisa y elástica que pase la prueba de la membrana.
Puedes realizar un amasado a mano aunque es bastante laboriosos ya que requiere algo de maña y paciencia, dado que la masa es tremendamente pegajosa. La solución, seguir amasando hasta conseguir que la masa deje de ser pegajosa. Lo recomendable, por tanto, es hacer uso de la Thermomix u otros robots de cocina.
4. Exceso o falta de levadura
Muchas veces cometemos el error de pensar que si echamos más levadura conseguiremos un mayor levado y por tanto nos quedará un bollo más esponjoso. Pero no es así. Excederse deja un sabor desagradable y provoca un levado descontrolado que colapsa al hornear.
Respeta siempre las cantidades indicadas en la receta. La repostería es una ciencia caprichosa en la que no hay cabida a la improvisación.
5. No controlar la temperatura del horno
Siempre precalienta el horno antes de meter a hornear tu roscón. Aunque cada horno es un mundo, una temperatura que vaya entre los 180ºC - 190ºC suele ser la ideal. Hornea con calor arriba y abajo y sin aire.
Si ves que el roscón comienza a dorarse en exceso puedes bajar 5 grados la temperatura o cubrir con una hoja de papel aluminio para que el bollo siga cocinándose sin recibir el calor directo.
6. Decorar demasiado pronto
Si colocas las frutas confitadas, las almendras fileteadas o el azúcar humedecido antes del segundo levado, corres el riesgo de que se hunda la masa. Lo mejor es hacerlo justo antes de hornear.
Otro error frecuente, relacionado con la decoración, es excedernos con los ingredientes. Se prudente. Un exceso de peso (aunque parezca un detalle menor) puede ser el causante de que tu masa no suba como debiera.
7. No darle un reposo post-horneado
Sacar el roscón del horno y cortarlo de inmediato es una mala idea. Déjalo enfriar sobre una rejilla para que no se humedezca en la base y conserve su textura.
8. Relleno mal equilibrado
Un relleno de nata chantilly demasiado líquido o un mazapán mal distribuido pueden arruinar la experiencia. Usa nata bien montada o un relleno firme que se mantenga en su sitio.
Hora de cocinar nuestro propio roscón
Aquí te dejamos la vídeo receta de nuestro Roscón de Reyes para que no te pierdas detalle. Con él y los consejos anteriores seguro que te sale un roscón digno de pastelería.
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