Aunque el acompañamiento lo podría haber unido a la receta de “solomillo a la naranja” he preferido colocárosla por separado, ya que esta forma de preparar las patatas se merece un espacio para ellas solas por lo ricas que quedan y su extrema sencillez de prepararlas.
En primer lugar, pelamos y lavamos las patatas, procurando que sean todas del mismo tamaño. Se parten por la mitad, en mi caso las he cortado con una especie de cuchillo que tiene la hoja en forma de zigzag, por eso quedan de la forma que veis en la fotografía, pero si las cortáis con un cuchillo normal quedan igual de ricas.
Las colocáis en una fuente que pueda ir al microondas. También sacáis el corazón al tomate, lo partís por la mitad y lo colocáis junto a las patatas. Sazonáis con sal y pimienta.
Sobre cada media patata, también en las dos mitades del tomate, colocáis un trocito de mantequilla. Decoráis con perejil fresco picadito.
Tapáis herméticamente la fuente con plástico de cocina y colocáis en el microondas a potencia máxima unos 15 minutos, pero mejor ponerle menos tiempo, e ir mirando que las patatas estén tiernas. Cuando estén tiernas, son un estupendo acompañamiento para cualquier carne.