Remoja higos y dátiles en el agua un ratín. Mezclamos harina, sal, levadura y bicarbonato. Reservamos.
Batimos mantequilla, queso y el resto del azúcar hasta que esté esponjoso. Añadimos anís y yemas. Paramos de batir e incorporamos la mezcla de harina, sin batir mucho. No queremos que la harina desarrolle el gluten que lleva dentro. La consistencia de la masa debe ser blanda, pero sin pegarse a las paredes del bol.
Por eso a lo mejor es un poco más o menos de 150 g. Formamos una bola, la envolvemos en papel transparente y a la nevera por lo menos una hora para poder trabajar con ella. Mientras esperamos, volvemos con los higos y dátiles.
Tritúralos en la batidora con una cucharada de azúcar (y el agua, se entiende). Ya tenemos el relleno. Resérvalo. Nos hemos dedicamos a hacer tareas diversas como colgar la ropa o limarnos las uñas para matar el tiempo de espera.
Enharinamos bien la superficie de trabajo y el rollo. Extendemos la masa. Tratamos de hacer un rectángulo de 30 x 15 cm, más o menos y 0,5 cm de grosor (esto es indicativo). Extendemos el relleno sobre la masa. Enrollamos por la parte más larga, formando un cilindro.
Rodamos el cilindro en azúcar moreno. Este paso, con las prisas, se me olvidó. Envolvemos el canuto en papel transparente y lo dejamos en la nevera varias horas. Cuando queramos hornearlas, cortamos rodajitas, las colocamos en bandejas de horno engrasadas, forradas con papel de hornear o con láminas de silicona y las cocemos en horno precalentado a 180ºC unos 13 minutos.
Comentarios de los miembros:
RIICA
¡¡¡Se ve buenísima !!!!
Esta como dificil