Hacemos una masa de levadura con los ingredientes: ponemos agua en un bol, añadimos levadura, sal y un buen pellizco de azúcar y mezclamos.
Dejamos caer lentamente harina sobre el bol y trabajamos la masa durante 10 minutos. Dejamos que suba la masa hasta que haya doblado el volumen.
Mientras tanto precalentamos el horno a 180°C. Dejamos que los tomates se escurran bien, picamos finos con las olivas y añadimos a la masa con la pimienta. Si la masa se pega demasiado a las manos, añada un poco de harina.
Dividimos la masa por la mitad y formamos dos panes ovalados pequeños. Dejamos que suban otros 20 minutos. Horneamos los panes durante aproximadamente 45 minutos y los pintamos con aceite de oliva de vez en cuando.