Poner en una sartén el ajo picado y añadir el pimiento verde cortado en daditos, un poco de aceite y sal. Dejar que se poche suavemente hasta que esté tierno y añadir la mitad del azúcar.
Dejar unos minutos más y reservar. Cortar en daditos el pimiento rojo previamente asado y poner en una sartén con un poco de cebolla en polvo, un poco de aceite, un pellizco de sal y el resto del azúcar.
Dejar confitar unos minutos a fuego suave. Una vez que tenemos los pimientos preparados, poner sobre cada rodaja de pan una de queso, encima un poco de cada uno de los pimientos y gratinar unos minutos a horno fuerte hasta que el queso comience a fundirse. Servir de inmediato.