Es una forma supersana de aprovechar bien todos los nutrientes sin cocinar el alimento. Es una receta facilísima de hacer y muy rica. Puede ser un entrante o una cena muy ligera.
Lavar y secar el calabacín y cortarlo en rodajas MUY finas. Si tenemos un cuchillo estilo “Ushuba” es perfecto para este tipo de corte. Si no, pues usaremos el cuchillo más afilado que tengamos. Sazonamos ligeramente y reservamos. Limpiamos y lavamos la zanahoria y la rallamos
A parte en un cuenco ponemos dos cucharadas de aceite de oliva, el jugo de la mitad del medio limón (o sea de 1/4 de limón), una pizca de orégano y pimienta negra. Emulsionamos con unas varillas hasta que consigamos una mezcla homogénea.
Vertemos la vinagreta sobre el calabacín y dejamos reposar entre 5 y 10 minutos en la nevera. Rociamos la zanahoria rallada con el zumo del otro 1/4 de limón y removemos bien para que el zumo empape toda la zanahoria.
Sacamos el calabacín de la nevera y las distribuimos en la fuente donde las vamos a presentar. Disponemos la zanahoria rallada en el centro y esparcimos al rededor las alcaparras. Espolvoreamos con orégano y decoramos con virutas de parmesano.
Comentarios de los miembros:
Excelente
Mummm! qué delicia, a mil gracias. Y...qué fácil de preparar.