Croquetas de pollo al estilo de la abuela

Preparación

• Comenzamos cociendo un huevo en agua con un poco de sal y añadimos la media pechuga cortada en dados y la zanahoria cortada en rodajas. Una vez cocido pasamos todo por agua fría. Pelamos el huevo y picamos muy fino.
  
  Desmenuzamos muy bien el pollo y cortamos la zanahoria en daditos muy pequeños. En una sartén pequeña, ponemos a fuego medio un poco de aceite y rehogamos la picada junto con un poco de tomillo y ajo. Reservamos.
• En una sartén amplia derretimos la mantequilla junto con un chorrito de aceite. Sofreimos la cebolla cortada en trocitos muy pequeños y cuando esté blanda añadimos las dos cucharadas amplias de harina y rehogamos todo junto medio minuto.
  
  Añadimos el caldo de carne poco a poco y sin parar de remover. Cuando lo hayamos acabado, incorporamos la leche y seguimos removiendo. Dejamos todo a fuego bajo durante un minuto para que vaya cogiendo consistencia.
• Introducimos en la sartén la picada de pollo, huevo y zanahoria y mezclamos todo. Dejamos un minuto más sin parar de remover y salpimentamos al gusto.
  
  Añadimos un poco de nuez moscada. La bechamel tiene que quedar consistente y densa para que luego no se derritan las croquetas al freirlas.
• Pasamos la bechamel a una fuente amplia y tapamos. Dejamos enfriar en la nevera al menos un par de horas, aunque nosotros solemos hacerlo de la mañana a la noche.
• Sacamos la masa de la nevera y con ayuda de dos cucharas vamos cogiendo porciones de la masa y la vamos moldeando para que tengan la forma y tamaño que nos gustan. Las introducimos en un cuenco con el huevo batido y luego las rebozamos con pan rallado.
• Una vez que las tengamos todas hechas, las freiremos en abundante aceite muy caliente. Para evitar que se deshagan las iremos haciendo de tres en tres para que el aceite no se enfríe rápido.
  
  Cuando estén doradas las sacamos sobre papel de cocina para que absorban la grasa sobrante. A la hora de emplatar servimos junto con una ensalada verde aliñada con limón.
• Unas croquetas con una buena cerveza es la cena ideal. Con un vino yo pondría un tinto de cuerpo medio de Castilla la Mancha.