Como ya sabéis me encantan las patatas fritas y los mejillones y me contaron una vez que en Bruselas se comen estos dos alimentos juntos así que no podía dejar de cocinar esta receta y explicárosla en el blog.
Lo primero que hacemos es pelar las patatas, cortarlas en bastones, salarlas y ponerlas a freír en abundante aceite de oliva.
El siguiente paso es preparar los mejillones, los limpiamos y mientras tanto colocamos en la olla donde los vayamos a cocinar la mantequilla y un chorro de aceite. Ponemos la cebolla cortada en trocitos pequeños y cuando veamos que se va a dorar añadimos el vino, dejamos que se evapore una poco el vino y echamos los mejillones para que se abran, los dejamos hasta que estén abiertos y ahora sólo falta juntar los dos ingredientes.
En una bandeja colocamos los mejillones con las patatas fritas y les echamos por encima la cebolla con el vino blanco y el juego que han soltado los mejillones,ya veréis que aperitivo más espectacular.