Uno de los platos favoritos de casi todo el mundo son los huevos revueltos con patatas, pero cuando tenemos invitados y queremos presentarles este mismo plato de manera diferente lo podemos hacer echándole un poco de imaginación.
Cortamos las patatas en rodajas gruesas, daros cuenta que ésta va a ser la base de nuestro plato, por lo tanto las patatas tienen que ser grandes para poder rellenarlas con el resto de los ingredientes.
A continuación, las salamos y las freímos en abundante aceite caliente hasta que estén doradas. Sacamos y las escurrimos en papel absorbente para retirarles el exceso de aceite.
Por otro lado, echamos un chorrito de aceite en una sartén y ponemos la cebolla a pochar. A los cinco o diez minutos ya estará lista.
También la podéis caramelizar, ya que con el queso de cabra esto le daría un gusto exquisito, pero a mi personalmente me gusta más pochada.
A continuación, llega la hora de montar nuestra milhojas, se coloca en la base la patata, luego se unta en la propia patata un poco de sobrasada (sacarla con anterioridad a temperatura ambiente para que sea más fácil de manipular), se echa la cebolla pochada y un par de rodajas de queso de cabra y se tapa con otro trozo de patata.
El siguiente paso es colocar las milhojas en una fuente apta para horno y tenerlas durante diez minutos a 200º para que se ablande la sobrasada y se derrita el queso de cabra. Este paso os lo podéis saltar, pero como ya os he comentado en otras ocasiones, el queso de cabra me gusta más un poco derretido.
Mientras tenéis el preparado en el horno, cocináis el huevo frito y se lo colocáis encima, como ya os he dicho podéis utilizar de gallina o de codorniz o si queréis reducir el número de calorías os podéis omitir este paso, pero os aseguro que está mucho más rico con el huevo.
Si queréis encontrar más receta de este tipo podéis meteros en el blog http://www.lacucharaenlamaleta.blogspot.com.es/
Comentarios de los miembros:
Buenisimas
Molt bo!!