Que bien me han quedado estas dos chapatas. La verdad es que desde que estoy en el paro estoy que no paro en la cocina. Tengo todo el tiempo del mundo para cocinar y desde que tengo la panificadora estoy como loca buscando recetas para pan. Lástima que nadie me contrate para trabajar en temas culinarios porque lo haría realmente bien, para que ser modesta a estas alturas.
Preparación del poolish : En un bol se ponen todos los ingredientes, se mezcla y se deja reposar como 4 horas. Pasado este tiempo habrá fermentado. Se mete a la nevera hasta el día siguiente. Se puede usar nada más termine de fermentar a las 4 horas más o menos pero el pan queda más rico si lo dejáis toda la noche en la nevera. Aquí os puede aguantar como 3 días. Se puede usar en cualquier receta de pan que hagáis.
1 hora antes de empezar a hacer la segunda parte del pan lo sacáis de la nevera para que tome temperatura ambiente.
Esta foto es como me quedó despues de estar toda la noche en la nevera.
Preparación del pan : En un bol grande se pone la harina, la levadura, la sal, el poolish, 90 gr. de agua y el tomate. Amasamos durante 6/7 minutos con las varillas de amasar pan, como las de las fotos de abajo.
Cuando hayamos terminado volcamos la masa que será pegajosa y difícil de manejar sobre la encimera bien espolvoreada de harina (puede ser harina común). Cubrimos la masa bien con harina.
La empezamos a trabajar estirando de las puntas y doblándolas sobre si mismas.
Paso 4
Se puede ver el vídeo de como estirar en mi blog.
Repetir este proceso como 4 veces, y cada vez que lo hagas giras la masa para estirarla en el sentido inverso. En el último plegado la untamos con aceite, la espolvoreamos con más harina y la cubrimos con film de cocina. Se deja reposar 1 1/2 horas hasta que doble volumen. A mi me quedó así despues de 1 1/2 horas. El tiempo de crecida dependerá de la temperatura de vuestra cocina, de la humedad... por lo que el tiempo es variable.
Mientras vamos preparando el papel de cocina sobre el que pondremos nuestras chapatas, haciéndole unos pliegues divisorios para que los panes no pierdan su forma. Se espolvorean con más harina.
Una vez que la masa ha subido, dividirla en dos y con mucho cuidado para que no pierdan el aire se colocan sobre el papel de cocina. Las volvemos a untar con aceite y espolvorear con harina. Las cubrimos de nuevo con film de cocina y las dejamos reposar como 1/2 hora o 1 hora.
Precalentamos el horno a temperatura máxima, el mío 250º y cuando vayamos a meter la bandeja con los panes bajamos la temperatura a 230º. Tendremos preparado una botellita de spray con agua para pulverizar sobre los panes y los lados del horno cuando los metamos, 3 veces cada 30 segundos (sólo al principio). Dejamos los panes 20 minutos en el horno. Al sacarls y golpear con los nudillos sobre el pan tiene que sonar a hueco. Dejarlos sobre una rejilla hasta que se enfríen.
Mi única aportación al pan original ha sido echarle 45 gr. de tomate seco en aceite de oliva. Tenía un bote con esta cantidad y quería darle salida. En estas fotos de abajo podéis ver que corte más bonito tenían las rebanadas.
Y en esta foto los cuatro piscolabis que me hice para cenar, de jamón con tomate y lacón con aceite y espolvoreado de pimentón sobre las rebanadas tostadas y untadas bien en aceite.