Pedimos al pescadero que nos limpie las sardinas y las abra en lomos (odio limpiarlas yo, luego me tiro un mes encontrando escamas allá donde vaya), si son frescas congeladlas.
Cubrimos la base de un tupper con sal gorda y vamos colocando los lomos con la piel hacia arriba (aunque realmente da igual, porque se va a cubrir en cualquier caso), cuando no entren más cubrimos de sal y repetimos la operación, así hasta que terminemos con ellas.
Las tenemos en el tupper 1 hora mínimo (y para mi gusto como máximo, sino saben demasiado a sal), las sacamos y limpiamos de sal bajo el grifo, las colocamos sobre un papel secante y volvemos a meter en el tupper cubriendo con AOVE.
Para la tapa tostamos una rebanada de pan, le echamos un chorrito de AOVE y ponemos encima una sardinita, acompañar con un buen vino o una cañita.
Comentarios de los miembros:
Creo es una forma deliciosa de preparación