Lo primero que hice fue poner los arándanos a hidratar con agua el día anterior, Espe los echó secos, pero yo preferí que estuviesen más jugositos. Los dejamos en agua toda la noche. Cuando vayamos a hacer los muffins encendemos el horno a 180º.
En un bol ponemos los huevos enteros y los batimos. Los huevos deben de quedar espumosos. En otro bol ponemos el azúcar y el queso mascarpone y batimos hasta que la mezcla esté homogénea.
Añadimos el queso y el azúcar al bol de los huevos y batimos bien. Ahora añadimos la mantequilla derretida. Batimos bien. En otro bol grande ponemos la harina con el sobre de gasificante y añadimos los arándanos. Mezclamos con la cuchara. Añadimos la mezcla de huevos y queso.
Damos vueltas con la cuchara hasta que los ingredientes se hayan integrado, pero no debemos pasarnos dando vueltas, y aunque quede algún grumillo de harina no os preocupeis, ese es el secreto de los muffins.
Untamos un molde para muffins con mantequilla y harina, en mi caso como no tenía unté flaneras individuales. Llenamos los moldes hasta 3/4 de su capacidad con la mezcla.
Horneamos a 180º. El tiempo dependerá del molde que hayais utilizado. Espe dice que se hornean entre 12 y 15 minutos. Cuando se enfríen desmoldamos y espolvoreamos de azúcar glas por encima.