Tamizamos la harina con la sal y ponemos en un bol amplio, haremos un volcán en el centro para poner los liquidos.
A parte mezclamos la leche, el agua y la levadura, incorporamos en el volcán y añadimos la mantequilla. Vamos removiendo con una cuchara de madera, cuando este todo integrado añadimos los hilos de chorizo y el tomate seco cortado en trocito y escurrido el aceite.
Seguimos removiendo, cuando la masa se vea manejable la volcamos sobre el mármol enharinado de la cocina y trabajamos hasta conseguir una masa elástica, al principio es un poco pegajosa aunque a diferencia de en el MONKEY BREAD dulce.
En este no se pega tanto al tener el extra del aceite del tomate seco. Amasaremos entre 5-8 minutos hasta conseguir una masa elástica.
Dejaremos reposar en lugar templado en un bol untado con aceite hasta que doble su volumen. Cuando haya levado la estiramos, no es necesario rodillo, con las manos será suficiente y la cortamos en trocitos, como un damero.
Hacemos bolitas y las pasamos por la mantequilla derretida y por la mezcla de kikos, nueces o el fruto seco que elijamos, el queso y especias y vamos colocando dentro de un molde de corona que previamente habremos untado con mantequilla y rebozado en harina, sacudiendo el exceso.
Iremos llenando el molde con las bolitas, cuando las terminemos cubriremos el molde con papel film y dejaremos levar de nuevo unos 40 minutos. Calentamos el horno, en el mío a 180-200°y hacemos con calor arriba y abajo por espacio de 35-45 minutos.