Los caracoles se compran pero a mi personalmente no me gusta comprarlos, me gusta ir al campo directamente y cogerlos. A falta de tiempo o ganas, recurro siempre a alguien que me dé total garantía que los acaba de coger. El caracol es un bicho muy delicado y si lo consumimos pasado de tiempo pues como que podemos pillar una gastroenteritis.
Una vez el caracol en casa, tenemos que tenerlo un mínimo de 12 horas y un máximo de 24 horas metidos en un barreño de plástico con tapadera de boquetes ( para que no se escapen pero si respiren) y los cubriremos con una pequeña capa de harina. ( la harina es para que se la coman y se limpien sus propias tripas).
Una vez pasado ese tiempo hay que lavar a los caracoles muy muy muy bien. Yo siempre utilizo dos recipientes y voy pasándolos de un recipiente ha otro y con el chorro del agua se van lavando. Solo se usa agua y el procedimiento se repite tantas veces como sean necesarias para que el caracol suerte la harina que se le ha pegado, la mierda que ha soltado y la baba del caracol debe de desaparecer por completo. Cuando el caracol ya no esté pringoso, estará bien lavado.
Se ponen el caracol en una olla alta y se cubren de agua fría y se coloca encima del fuego muy bajo. A ver, lo del fuego bajo es para que el caracol, que ha sufrido un lavado bien a conciencia se relaje en el agua fría y vaya sacando los cuernos, para que cuando el agua empiece con su primer hervor los caracoles tengan todos sus cuerpos fueras. No se le debe de dar golpes a la olla mientras dura este proceso porque asustaremos al caracol y se volverá a esconder.
Por supuesto que tapamos la olla o se nos escapan los caracoles, los que se peguen al culo de la tapadera no os preocupes que se iran cayendo solos al agua. Cuando veamos a simple vista, destapando la olla con cuidado, que todos los caracoles está ya fuera de su casa, subiremos el fuego.Cuando el agua empiece a hervir quitaremos la tapadera y empezaremos el proceso de espumar el agua. El caracol empezará a soltar una especie de espuma blanca que con la ayuda de una espumadera o un cazo iremos quitando y tirando.
Cuando ya no haya más espumas le agregaremos los ingredientes a los caracoles. Una cebolla, una cabeza de ajo entera y una muñequilla que haremos sobre un trozo de tela blanca de algodón pondremos un bote de especias de caracoles que ya venden preparadas pero las especias en grano, que no sean molidas. Se cierra la muñequilla haciéndole un nudo y se agrega a la olla. Un poco de aceite, un poco de sal y dejamos hervir un rato mas.
Cuando el agua se vuelva en un tono marrón está ya listo. Tal cual los tenemos ahora son los típicos caracoles que por esta zona que yo vivo degustamos en esta época del año en los bares y terrazas a un eurito el vaso, ricos ricos Si queremos completar la receta tal y como la hicimos mi madre y yo que es como nos gusta a nosotras, solo tenemos que hacer una salsa de tomate casero y escurriendo los caracoles de su caldo inicial meteremos en el tomate y daremos un hervor. Listos para comer dando buenos zopones de pan.